Horas muertas...

|



Una mañana con extraña luz más. A ver si vamos a ver la naranja mecánica, chelovekos. Y a ver si este fin de semana subimos alguna montaña, Frenky...
Sí, hoy me he levantado exigente, qué pasa... :P



PD: Me apetece esta peli, y estoy deseando que terminen de producir esto.

1200 m

|





En ocasiones hago el ganso

|




Jeje

La distancia más corta es de variable compleja

|

Hoy he tenido que dejar la bicicleta otra vez arreglándose (lo que dije, el montón de chatarra más rápido de toda Granada), y he tenido que volver desde el taller hasta casa andando.

Esto se debe, por supuesto, a que nuestro maravilloso sistema de autobuses no cubre ese tramo nada más que en el sentido contrario en el que yo deseaba ir.

Es lo que tiene cuando debes que andar la suficiente distancia como para aburrirte un rato y ponerte a pensar y a darle vueltas a las cosas (darle vueltas a algo debería darle estabilidad a la cosa y lo hace, pero te quita estabilidad a tí mism@). Y no hablo de banalidades como calcular y estimar la distancia más corta entre dos puntos, si no a más bien todo lo contrario.

Mis conclusiones, para variar, no son concluyentes, con lo cual no son conclusiones sino vagas ideas y quizás lamentables ítems que estan por ahí pululando como papeles por una habitación.
Me di cuenta que echo de menos un número determinado de cosas que estaban en mi vida y que ya no lo están, y que, no para mal, puede que no lo estén nunca más... pero uno no puede evitar rememorar buenos momentos gracias a olores, sonidos o imágenes mentales que se va encontrando.

Y quizás continuando un poco mi post anterior; es posible que los cambios se metan en nuestras vidas y rompan los pilares de los que hablaba repentinamente e incluso a veces peligrosamente. Pero aprender a aceptar esos cambios, aceptar que todo fluye y nada permanece, a que nadie se baña dos veces en el mismo río, aceptar eso, hacerse uno con ello y aprender a usarlo, eso es de sabios. Abstraerse de ese miedo y sumergirse en tu propio vacío de paz.

Sobre echar el ancla y otras cosas del estilo

|



Somos seres alterables, como una superficie de aguas calmas, la más mínima variación hace que se altere el resto, esas variaciones pueden afectar positiva o negativamente, pero hay veces que, por efecto mariposa o váyase usted a saber qué, las ondas, en vez de atenuarse, entran en resonancia y la lían parda.

Tenemos anclas en nuestras vidas, referencias, modelos... trocitos de tierra que flotan en un vacío en constante cambio. La estabilidad está garantizada hasta que uno de esos pilones se desmorona, o cambia, o se deja llevar por la corriente y desaparece, eso nos hace sentirnos solos, nos hace temer al cambio, a aborrecerlo, a querer huir y no mirar.

Es el modo en que estamos construidos, programados, maldita sea.

...and high up above earth or down below...

|