...O eso debió decir mi profesor de autoescuela cuando pasamos la señal de fin de prohibiciones. Sí, ayer empecé mis clases prácticas de autoescuela... en un opel corsa rojo, con muchos letreritos y una L azul... así que ya sabéis, ¡Huid insensatos!. Me hizo ir hasta La Maláha, ahí con mis habilidades chungas... No está mal como bautizo de asfalto, la verdad, está lejos pero oiga, es entretenido.
No me va mal con ello, la verdad. El tío se tiró el viaje sermoneándome y haciéndome sentir que lo estaba haciendo fatal, pero al final va y me dice que muy bien. No es que diga que no conviene soliviantar a un licántropo con poco desayuno encima, pero es una afrenta contra mi sistema nervioso (ya de por sí). Mañana (ya hoy, porque son las 1:39) me toca ir por la ciudad, y supongo que todo el tema de aparcar y esas cosas. Espero que se dé mejor que el tema de girar el cuello cuando miro un espejo (porque sí que los miro, pero no se nota que los miro, así que eso el examinador lo considera falta grave, o leve, o chunga... bueno, lo que sea, pero que no mola y no puede ser).
En fin, maños... me voy a la cama, que tempus fugit y damnatio memoriae.
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